sábado, 13 de octubre de 2007

Dudas

Esta entrada ha sido motivada por la lectura de un blog de un profesor sobre su infancia.
Ha sido un hermoso relato sobre una parte de su infancia. Debo decir que me he puesto a llorar al leerlo, quizás sea porque hoy llevo un día algo tristón.
Al pensar en los cambios que ha habido desde que yo tenía 10 años hasta ahora, ufff cuantos cambios... Muchos de ellos nunca me los hubiese podido imaginar.
Desde esa inocencia de los 7/8 años en la que se ve todo maravilloso y en cierto sentido, lo era, a mis actuales 23 años, ha llovido mucho. Cuando era pequeña observaba en mi entorno a mis mayores y "deseaba" ser mayor para experimentar nuevas cosas. Nunca pensé en salir de la isla ya que creía que allí se me aportaría todo lo que necesitaba para ser feliz. ¡Ilusa de mí! Aún así con todo lo que me he dado cuenta ya de mayor, retrocedería en el tiempo y me anclaría definitivamente en mi infancia. Quizás sea por el hecho de no tener ningún tipo de responsabilidades, ni problemas a resolver, ni nada que te pueda impedir ser feliz.
Quizás sea un síntoma de inmadurez o como yo también lo veo, miedo al futuro, a ese futuro que no está escrito y que tienes que irte labrando tú mismo y que un paso mal dado puede desembocar en una auténtica catástrofe. ¡¡¡uffff, que miedo!!! ¡ Se me pone la piel de gallina al pensarlo! Por eso, intento no hacerlo pero se que debo. No sólo por mí, sino también por mis padres que de vez en cuando me preguntan que pienso hacer el año que viene, ya que termino mi carrera este año. Yo siempre les digo que no se, que ya se verá, pero realmente tengo muchas dudas que no se si alguna vez aclararé. Dudas que supongo, como les ha pasado a otros muchos que se han visto en mi misma situación, se irán despejando, pero ahora mismo, yo sólo veo " un túnel muy largo y oscuro"(y teniendo en cuenta que tengo acluofobia, es decir, miedo a la oscuridad), me detengo y no soy capaz de dar un paso.
Cuando llegué a Madrid con mis aún 17 años, era como una oruga que espera dentro de su capullo el momento de maduración para salir y convertirse en una bella mariposa. Creo que estos años,tanto fuera de mi casa como la continua formación que he ido adquiriendo, me han ayudado para convertirme en una mariposa. El problema es que ahora que estoy fuera del capullo, quisiera volver a estar dentro de él ya que veo que el mundo exterior no es como yo me lo imaginaba y no se si estoy preparada para "la vida adulta".
Especialmente, este año ha habido muchos cambios, algunos imprevistos o quizás no, pero yo no los quería ver, y no se si los podré adaptar en mi vida ya que suponen un gran sacrificio y no se si estoy dispuesta a ello.

Después de estas reflexiones tengo que decir que estoy teniendo un puente de la Hispanidad bastante malo ya que tengo gripe, me he quedado sola en Madrid y debido a mi aburrimiento me he puesto a adelantar trabajos para la facultad y a ver películas románticas en las cuales no he parado de llorar, la semana que viene es mi cumpleaños, con lo cual me hago un año más vieja (ajjj) y me he enterado de cosas que quizás no me hubiese gustado saber nunca. En definitiva, un puente nefasto. Así que existe una marcada tendencia negativista en este post. I'm sorry!!! A todos nos pasa alguna vez en la vida.

1 comentario:

Roberto Carballo dijo...

Ahora estás realmente viviendo, y viviendo también gracias a la experiencia en "la ilusión" en que estuviste encerrada durante tu anterior juventud. No miro para atrás nunca con nostalgia: no quiero tener menos años, no quiero volver a vivir; hay que vivir en el presente y un poco en el mañana, de esa forma los recuerdos no son nostálgicos, ni deprimentes, sino actuales y potenciadores de tu ser. Un abrazo y espero que mejores tu fin de semana, Roberto Carballo